Bajo demanda

Bajo demanda
junio 23, 2009 Chema

Entrevista en ADN:

Prolifera la cultura a la carta | El usuario personaliza sus contenidos tanto en la Biblioteca Nacional como en la Xbox

Por Cristina Castillón.

En la era del consumismo hedonista, las nuevas generaciones piden ver Perdidos en versión original subtitulada al minuto de emitirse en EE UU, no quieren pagar por escuchar a Amy Winehouse y desean jugar en red a la última versión de Callof Duty nada más llegar a casa del trabajo.

El pasado 2008 y el primer trimestre de 2009 han visto proliferar las webs, los proyectos y las empresas de contenidos culturales que personalizan su oferta. Se trata de un fenómeno en alza.

Autoimpresión

Pionera en España ha sido la Biblioteca Nacional, aliada con la plataforma Bubok, que ofrece desde hoy 85 obras a la carta de sus más de 18.000 libros digitalizados. Esta iniciativa -parecida a la que realizaron Random House Mondadori o Faber&Faber en Estados Unidos para revitalizar su fondo editorial- permite la descarga, la impresión, el envío y la posibilidad de crear un espacio personalizado.

«La principal ventaja de la impresión bajo demanda, explica Ángel María Herrera de Bubok, es que ahora cualquiera puede publicar. El autor sólo tiene que encargarse de escribir, darse a conocer y cobrar a final de mes (el 80 % de los beneficios totales)».

Ya sea en formato libro electrónico -en el último año ya han descargado más de 12.000 e-books- o en su versión digital para impresión a la carta, los editores y autores se pasan a la red. «Ya no tiene sentido producir libros que no se van a vender», afirma Herrera. Desde Publidisa, otra de las empresas precursoras, su director, Chema García, explica: «Los sistemas de impresión bajo demanda permiten a los editores maximizar sus recursos y poder invertir en nuevos proyectos y al consumidor adquirir un libro en el formato y el precio que más le convenga en cada momento y leerlo como, cuando y de la forma que quiera». Luis Collado, de Google Books, otra librería virtual, lo tiene claro: «Es el lector el que elige el medio y el formato que más le interesa». Sin embargo, no sólo se trata de e-literatura.

Cada vez son más las plataformas que ofrecen ocio audiovisual a la carta y online. Por ejemplo, Netflix, Vudu Amazon -que en breve sacará al mercado la versión Alta Definición- y recientemente Apple ofrecen películas y series en alta definición aprecios mini.

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