FLM hablando sobre ebooks … y vendiendo

FLM hablando sobre ebooks … y vendiendo
junio 1, 2010 Chema

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Vía: El Cultural:

Marta Caballero
Seis de la tarde, ya hace menos calor, suena el chirrido de las persianas. Son los libreros, que vuelven del almuerzo y de la siesta. Ya hay mucha gente paseando y tomando café. Que en una de las mesas redondas de la Feria del Libro de Madrid haya sólo unas 20 personas es bastante significativo, más si hablamos del tan cacareado libro electrónico. O a la gente esto no le interesa o es que nadie les ha convencido correctamente de que tarde o temprano les va a interesar.

Cinco ponentes y un moderador han venido a discutir sobre el tema. Representan al mundo empresarial, al educativo y al de las editoras internacionales, pero no hay en el estrado ningún librero ni ningún autor ni nadie que se dedique a la literatura. Aquí falla algo. El punto de partida, expuesto por quien presenta el acto, Jesús Banegas (presidente de AETIC) es asumir la realidad: “Se le puede dar la espalda o asimilarlo”, comienza, y dicta enseguida algunos de los interrogantes que trae consigo el libro digital. A saber, el nuevo nicho de negocio, la comercialidad, esto es, cómo convencer al sector y a los lectores de que el e-book es compatible con el papel, la omnipresente piratería y la consecuente aplicación de leyes internacionales que la frenen, sobre todo en un país en el que, alerta, “se presume de descargar contenidos digitales ilegalmente”.

El moderador introduce algunos datos como el crecimiento de un 12 por ciento en el incipiente sector a lo largo de 2009 en comparación con el papel y de un 15 por ciento en general, cifras que, sentencia, “ponen de manifiesto el negocio” que hay en el nuevo formato de lectura. Porque la de este lunes en la feria ha sido una conferencia empresarial, de negocio, en la que, a excepción de Ángel María Herrera, fundador de Bubok, cada ponente vino a hablar de su libro electrónico y alrededores.

Libro electrónico y educación
Por ejemplo, Manuela Lara, directora de contenidos digitales de Santillana en Red, llevó la charla al terreno de la educación, un campo en el que la editorial quiere “ser líder” aunque “apostando por un modelo híbrido” que parta del debate con las administraciones públicas en torno a cómo se desarrollará la “Escuela 2.0”. En hechos, Santillana acaba de lanzar su primer libro-web, en el que el papel pasa a ser complementario. Es un primer paso en el camino del sello hacia “personalizar el aprendizaje” y buscar “la participación de los usuarios”. Las ventajas del libro digital en la educación son evidentes, partiendo por cosas tan simples como la salud de la espalda de los escolares, pero plantea algunos inconvenientes que tardarán en resolverse: ¿Qué lector es el más adecuado? ¿Veremos a clases en las que el alumno más pudiente luzca Ipad frente a modelos inferiores de sus compañeros?

Expertos y pioneros también en materia educativa son los editores de Wolster Klubers, sello que en 1987 sacó el primer cd-rom de contenido didáctico. Su directora general, Rosalina Díaz, explicó qué había aprendido la empresa en estos veinte años: “La traslación del papel al libro electrónico no debe ser total”. En este sentido, la multinacional acaba de sacar con El Mundo una enciclopedia que combina ambos formatos. Otra empresa invitada al acto, Pearson Educación, representada por Rodrigo Giménez, factura ya un 30 por ciento de ingresos provenientes de contenido digital.

Por otra parte, Telefónica, también presente en la charla, quiere tener, según señaló Roberto Porras, responsable de Desarrollo de Internet y e-book de la compañía, un papel de “dinamizadora del fenómeno”. Por las características de su mercado, su labor es hallar el dispositivo adecuado puesto que el elegido “condiciona la lectura”. Si con Kindle el lector no puede acceder a revistas y periódicos, el iPad no es el mejor lector para llevar contigo a todas partes. Telefónica, argumentó Porras, apostará, así, por ofrecer un servicio total que pueda usarse en cualquier lugar, que facilite la accesibilidad y adaptación del cliente al nuevo formato lector y, dando un paso más, que busque las facilidades en los procesos de compra. Curioso este último paso y poco tratado: ¿Se puede descambiar un libro electrónico?

El último de los conferenciantes, Ángel María Herrera, supo cambiar el rumbo de una charla casi publicitaria. Bubok, comenzó diciendo, nació siendo al cien por cien digital y, además, en plena crisis. Su objetivo es “democratizar el sector editorial”. A la piratería le restó importancia: “Ojalá que el problema en España fuera que se piratearan libros”, bromeó. Más allá de su empresa, Herrera puso otros asuntos sobre la mesa: “¿Quiénes van a ser los autores? Ni Telefónica ni Amazon ni Apple van a responder a una pregunta que compete a empresas con tradición librera”, denunció. En cuanto a las leyes y los precios, sugirió que España no debía esperar a que le den todo hecho desde fuera. En su discurso punzante introdujo otro asunto más, el del también muy sonado IVA: “¿Entonces, se aplica el 18 por ciento al e-book descargado por ordenador pero si lo metes en el e-reader se reduce al 4 por ciento? Es algo que me preocupa”. En su opinión, a la aplicación del formato debe precederle una “labor educacional” sin que ello quiera decir que tardará años en expandirse: “Ya ha pasó con otros sectores, como el de la telefonía móvil, hay que tener perspectiva y saber que el futuro va hacia ahí”.

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