Ahora que parece que muchas librerías están cerrando encontramos una noticia curiosa y divertida a la vez:
Noticia que aparece en El Confidencial
Pequeños pueblos con treinta o cuarenta establecimientos libreros especializados, cuya oferta abarque las más diversas materias, con un extenso abanico de actividades anuales, un entorno geográfico bien situado y cuyas tradiciones y gastronomía pueda resultar atractivas al visitante. Ese es el modelo que ha funcionado en los pueblos franceses, belgas, alemanes y británicos que decidieron seguir el camino del pionero Hay-on-Wye (País de Gales) para revitalizar zonas rurales en decadencia o para aprovechar infrautilizadas potencialidades de ocio. Y es el ejemplo, aunque en términos más modestos, que intentarán seguir los dos proyectos españoles de