Virtudes, límites y riesgos de lo gratuito

Virtudes, límites y riesgos de lo gratuito
abril 11, 2008 Chema

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Vía: El País

EL DEBATE SOBRE LA ECONOMÍA de lo gratuito (free economics) se está volviendo tema de sendas discusiones en la región de San Francisco después de que Chris Anderson, jefe de redacción de Wired y autor del libro La larga cola, escribiera un artículo donde además de promover las virtudes de lo gratuito, dice que es ineludible.

Ciertos precios bajan lo suficiente como para ser insignificantes en las empresas. El problema, sin embargo, se plantea de manera distinta para los consumidores.
Inicia su demostración con una referencia a King Camp Gilette, quien descubrió que regalar las máquinas de afeitar le permitía vender más hojas. Lo que ha cambiado desde entonces es que «el coste de los productos está cayendo estrepitosamente». Respecto a la tecnología de la información, se lo debemos a la ley de Moore (aproximadamente cada dos años se duplica el número de transistores en un circuito integrado) y al hecho de que el coste de almacenamiento y de la distribución tiende hacia cero. Imagínense, dice, lo que pasaría si los restaurantes no tuvieran que pagar ni los alimentos ni a los empleados.

Ciertos precios bajan lo suficiente como para volverse insignificantes en las empresas. El problema, sin embargo, se plantea de manera distinta para los consumidores. «Cero define un mercado mientras todos los demás precios constituyen otro», escribe Anderson. «La enorme brecha psicológica que separa casi cero de cero explica el fracaso de los micropagos».

Entrevistado en Advertising Age, Anderson reduce los tipos de gratuidad a tres: cuando un servicio es pagado por un tercero (la publicidad en la radio o el freemium, en el cual parte es gratis y parte pagada por los servicios Premium); cuando los costos tienden hacia cero como en el almacenamiento del correo electrónico, y la economía del regalo. Marginal hasta hace poco es ahora la base de Wikipedia, de Craigslist (el servicio de anuncios clasificados) y de una parte de la blogosfera.

«Para entender lo que está pasando con el dinero», advierte Anderson, «hay que pasar de la visión de un mercado con dos partes en contacto -vendedores y compradores- a una visión más ecosistémica compuesta de múltiples partes entre las cuales apenas unas intercambian efectivo». El enorme valor de Craigslist, por ejemplo (valorada en 5.000 millones de dólares), está siendo distribuido entre sus millones de usuarios.

Otra dificultad: al estimar el valor de las cosas no podemos pensar que el dinero es el único elemento escaso. Pasa lo mismo con el tiempo y la reputación. Google, por ejemplo, transforma la reputación de un sitio en tráfico y de ahí en publicidad. «Cualquier cosa que se pueda transformar de manera continua en efectivo es una forma de moneda y Google está desempeñando el papel de banco central para las economías nuevas», estima Anderson. El planteamiento desencadenó una tempestad de críticas.

En Radar, el blog colectivo de la empresa O

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