Remordimientos y temor a lo desconocido son el pan de cada día entre los editores que han hecho su carrera pensando en el papel y en sus categorías operacionales: tiradas, inventarios, devoluciones, logística de envíos, imprentas, acabados y política de descuentos son cosa de todos los días. Y así como uno es lo que come, uno es como trabaja.
Por eso le resulta tan problemático a un editor de medios impresos convertirse en editor de medios digitales. Y si a ello le añadimos el tradicionalismo de algunos editores que además son prestigiados intelectuales, y que han fijado ya su mundo de certezas respecto al libro, la reacción ante el ascenso inevitable de los medios digitales, es lenta y cargada de culpas. Por lo menos es la impresión que me dejan las opiniones de Rafael Pérez Gay, director de Cal y Arena, sin duda una gran editorial mexicana independiente.
El modelo o entorno del libro digital está por definirse, pero ya podemos avizorar que será (ya es) multidireccional, multimediático, inestable y fugaz. Justo lo que no es el libro impreso.
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Papyre también se pasa al formato ePub
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Los libreros se preparan para la llegada del libro digital
Comments (3)
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¡Que buen articulo! Escueto y directo.
Ha logrado que me ponga en la piel del editor, en particular el pequeño editor, y por extension del librero.
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Verdaderamente, desconozco el ‘mundo’ editorial. Soy un escritor nuevo, ya jubilado. Siento no haber podido leer la entrevista a Antonio Gala, que me hizo convertirme en un escritor aficionado y reconozco que tendré una muy remota ocasión de ver publicados los dos tomos de ‘mis memorias’, dela novela que he terminado y del cuento que estoy escribiendo. Todo, por no ser una persona conocida por el público lector.
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Verdaderamente, desconozco el ‘mundo’ editorial. Soy un escritor nuevo, ya jubilado. Siento no haber podido leer la entrevista a Antonio Gala, que me hizo convertirme en un escritor aficionado y reconozco que tendré una muy remota ocasión de ver publicados los dos tomos de ‘mis memorias’, de la novela que he terminado y del cuento que estoy escribiendo. Todo, por no ser una persona conocida por el público lector.